Como materia que somos tenemos el potencial de ver a la materia tal y
como es, pero nuestra percepción limita la densidad de lo que vemos y
detectamos, y es en el contexto de lo que percibimos en el que nos hemos hecho
conscientes de la realidad. Debe de ser tan poco lo que podemos ver de la
materia, que la simple sospecha devuelve la esperanza en una realidad
extraordinaria, puesto que lo poco que vemos de la materia es lo poco que vemos
de nosotros mismos.
Nada o casi nada es lo que parece, y eso nos ofrece una oportunidad para salir del callejón
sin salida en el que fácilmente se convierte nuestra forma de pensar. Veamos el
siguiente ejemplo con palillos y números romanos en el que se muestran cuatro
igualdades que son falsas, de forma que cada una de las expresiones puede
hacerse verdadera cambiando de posición un solo palillo:
Si no se ha practicado nunca con este tipo de acertijos y
estamos dispuestos a gastar un poco de tiempo, veremos que nuestra razón es
mucho más ciega de lo que pensamos. Cuanto más experta se hace en las
estrategias aprendidas, más incapaz se vuelve para reconocer soluciones de otra
naturaleza. Hagamos un paréntesis y practiquemos cada ejemplo en el orden
indicado, pasando al siguiente solamente cuando hayamos resuelto el actual. Cuando
los hayamos resuelto o nos hayamos cansado de intentarlo podemos ver la solución más abajo.
¿Ya está? Entonces con el primer ejemplo nos habremos dado
cuenta de que la solución estaba en modificar alguno de los números, de forma
que el segundo y tercero nos habrán parecido más fáciles porque ya teníamos
aprendida una estrategia. Sin embargo, el cuarto ejemplo tiene una lógica
diferente porque se necesita convertir el signo de resta en una igualdad. No es
trampa, ya que todo lo que se pedía era que la expresión fuese correcta.
¿Será el Universo tan matemático como se piensa, o las
matemáticas nos impiden reconocer soluciones de otra naturaleza? Ya sabemos que
la realidad no es localizada pero todavía nos falta una estrategia para
comprenderla como es. Ya sabemos que las partículas no son corpúsculos
puntuales pero seguimos pensando que solo hay algo muy denso y casi puntual en
el centro de los átomos, que las trayectorias en una cámara de niebla han sido
recorridas por masas puntuales, o que hay ondas de probabilidad, pero
probabilidad de encontrar masas puntuales.
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