El Universo hubiera podido ser un desierto de partículas baldías, pero no lo ha sido. La materia es la fuente de la luz, del calor y la energía, es lo que da forma y propiedades a las cosas, ya estaba cuando la vida no existía y es la causa más primitiva de su evolución, está en el tejido neuronal que nos da la razón y nos hace conscientes de la realidad… ¡La materia lo es todo!

martes, 10 de septiembre de 2013

2.- El problema de la realidad.

Todo comenzó al comprobar que la luz se podía comportar como partículas y que las partículas se podían comportar como las ondas, siendo Einstein el primero en acuñar el concepto de la “dualidad onda-corpúsculo” como dos formas diferentes de ver una misma realidad. No comprendía el por qué de tan extrañas manifestaciones de la luz y la materia, pero creía en causas ocultas que algún día se revelarían evidentes. Por muy extraño que resulte, la luz y la materia responden a probabilidades que se propagan como las ondas, se difractan y se interfieren, se suman y se complementan como si fueran dos partes en que se divide la nada.
Allí donde la probabilidad es alta, una masa puntual aparece y reacciona como si fuera un proyectil, y si dos posiciones que distan años luz tienen alguna probabilidad asociada, en cualquiera de las dos puede aparecer la partícula de forma instantánea, como si estuviera en las dos a la vez y en ninguna. Allí donde se coloca un punto de observación, la partícula esconde su comportamiento ondulatorio como si fuera consciente de ser observada.
Esos y muchos otros son los desafíos de la materia a los que Einstein prefería buscar causas que la mecánica cuántica no reconoce. Efectivamente, ha existido una rivalidad en contra y a favor de las causas ocultas desde los comienzos de la mecánica cuántica, y cualquiera que se ha visto implicado ha tenido que adoptar una postura incondicional en esa guerra de la razón. La polémica se resume con tres conceptos que se describirán seguidamente: Entrelazamiento cuántico, localidad y realismo.
El entrelazamiento cuántico sería un efecto fantasmal si tuviera lugar a nivel macroscópico. Dos o más partículas pueden quedar ligadas de tal forma que su estudio por separado es imposible, pero lo extraño es que al separarse a grandes distancias, incluso de kilómetros, siguen compartiendo propiedades que cambian a la vez. Por ejemplo, al observar el spin en una de ellas, la otra partícula tendrá con toda seguridad el spin opuesto, lo que parece significar que el efecto de una medición se transmite de forma instantánea entre dos partículas entrelazadas.
El concepto de localidad es de origen relativista, según el cuál no existe nada más rápido que la luz. En consecuencia, los efectos de una medición local tendrán una velocidad de propagación finita y no podrán afectar al resultado de otra medición si ésta tiene lugar a distancia y en el mismo instante. Es claro que la condición de localidad necesita causas ocultas para explicar el entrelazamiento cuántico, es decir, se debería encontrar una teoría más completa que la mecánica cuántica, con variables desconocidas que justifiquen la correlación entre medidas efectuadas a gran distancia, y sin tiempo suficiente para que el resultado de una medida se propague hasta la otra con velocidad finita.
El concepto de realismo implica reconocer que los estados físicos existen antes de ser medidos, y por lo tanto existirá alguna teoría de variables ocultas que pueda explicar dichos estados. Puesto que la mecánica cuántica no puede hacer eso, debería ser una teoría incompleta. Al contrario, si la teoría de variables ocultas no existiera, la mecánica cuántica sería completa y la realidad no existiría hasta el momento de ser observada.
Localidad y realismo fueron las razones mejor fundamentadas en contra de la mecánica cuántica. La no localidad significaba aceptar efectos fantasmales y el no realismo significaba negar la realidad física. Así es la síntesis de la paradoja EPR planteada por Albert Einstein, Boris Podolsky y Nathan Rosen, una victoria aparente que pronto se vería rebatida…
Efectivamente, el físico John Bell propuso un teorema de imposibilidad conocido como “desigualdad de Bell”: Al determinar los estados de una propiedad en dos partículas entrelazadas, es posible reducir el intervalo de tiempo entre las medidas de forma que la luz no tenga tiempo para recorrer la distancia entre las dos partículas. Si en esas condiciones suponemos localidad y realismo de los estados físicos, la correlación entre medidas simultáneas estará limitada según premisas de localidad y realismo, y su comparación con las predicciones cuánticas debería ser una prueba a favor o en contra del realismo y localidad que la teoría cuántica no reconoce.
Un experimento elemental consistiría en la emisión de dos fotones en sentidos opuestos, determinando una de sus propiedades con medidores colocados a la misma distancia del foco de emisión. Esto garantiza prácticamente la simultaneidad de las medidas y haría imposible cualquier comunicación entre las partículas en el instante de la medida. Sin embargo, una teoría local podría suponer que los dos fotones ya son emitidos con estados contrarios de la propiedad a medir y su predicción coincidiría con la mecánica cuántica. Por lo tanto, hay que modificar el experimento de forma que las predicciones no puedan ser iguales.
Una alternativa es añadir algún factor aleatorio que pueda cambiar cuando las partículas ya no tengan tiempo de comunicarse a la velocidad de la luz, como por ejemplo cambiando la dirección en que se toma la medida cuando las partículas ya están en vuelo. En este supuesto, desde el momento en que los dos fotones son emitidos en sentidos contrarios ya no podrán enviarse información, por lo que una teoría local entendería que los fotones codifican el estado que deben mostrar para todos los casos de direcciones posibles, algo así como un acuerdo previo que les permita engañar al azar de las direcciones que se van a encontrar.
Supongamos que uno de los medidores puede tomar las direcciones a y a’ de 0º y 90º, mientras que el otro medidor puede tomar las direcciones b y b’ de 45º y 135º respectivamente. Utilizando + y – para los estados opuestos de la propiedad a medir, en la siguiente tabla aparecen todas las combinaciones posibles de las variables ocultas para las cuatro direcciones definidas. De todas las combinaciones de variables ocultas, una debería representar el acuerdo previo entre los fotones.

Supongamos que el acuerdo previo entre los fotones fuera el de la tercera columna y finalmente se encuentran con las direcciones a y b. Como los dos mostrarían el estado + de la propiedad a medir, habrían coincidido y la correlación esperada sería +1. En cambio, no coincidirían si las direcciones finales fueran a’ y b,  y la correlación esperada sería -1. La media de las correlaciones esperadas será la que aceptaría la teoría local y como son 4 los casos de direcciones posibles se obtiene como se indica en la siguiente tabla, aunque primero debe aclararse un pequeño problema.

El problema es que la correlación esperada por la mecánica cuántica coincide con el coseno del ángulo relativo entre las dos direcciones, que es de 45º en todos los casos menos con las direcciones a y b’, que es de 135º. Eso da una correlación de 0.707 en todos los casos menos con las direcciones a y b’, que sería -0.707. Por esa razón, si se invierte el signo de la correlación en las dos teorías cuando las direcciones sean a y b’, la de la mecánica cuántica será de 0.707 en todos los casos, y la teoría local según la tabla anterior.
Vemos que la mitad de las combinaciones de variables ocultas obtienen un promedio de +0.5 y la otra mitad obtienen -0.5. Esto quiere decir que la teoría local no podría superar un acierto mayor del 50%, y ya tenemos así que las dos predicciones son diferentes, 0.707 frente a 0.5, luego solo falta el veredicto experimental… Experimentalmente, la prueba que se ha planteado da la razón a la mecánica cuántica, y han sido muchos otros los experimentos que han confirmado una y otra vez que:
El principio de localidad es falso con partículas entrelazadas.
Si lo pensamos bien, este pedacito de “verdad” nos cambia radicalmente lo que podemos pensar sobre la realidad y, de hecho, son muchos los que ven en ello las implicaciones más profundas de la física. Automáticamente se pone en tela de juicio si las partículas tienen estados reales antes de que dichos estados sean observados. Si no existiera ninguna teoría de variables ocultas que los explique… ¿cómo se podría asegurar que existen?
Adicionalmente, es bien reconocido que el mero hecho de observar modifica los estados de tal forma que se hace imposible medir simultáneamente todas las propiedades de una partícula, lo que se conoce como principio de indeterminación de Heisenberg. Al aumentar la precisión en la medida de una propiedad también aumenta la indeterminación en la medida de otra propiedad complementaria, lo que significa que no se puede saber si una partícula tiene estados reales antes de la observación, o si dichos estados son provocados por la medida y en el mismo instante de la medida, algo así como un colapso inmediato que no respeta los límites de la velocidad de la luz.
¿Se habrá alcanzado un límite insuperable en el que todo nace de fluctuaciones de probabilidad? Si nosotros mismos somos observadores y por el mero hecho de serlo modificamos los estados físicos de las partículas… ¿no estamos creando con ello una realidad nueva? Si las partículas se relacionan de forma instantánea y son la realidad de más bajo nivel, también existirán vínculos instantáneos de bajo nivel entre objetos macroscópicos y entre todo lo que forma el Universo… ¿estaremos interconectados por una especie de telepatía universal de bajo nivel?
Preguntas como estas hubieran sido absurdas cuando se ignoraba el entrelazamiento cuántico, pero ahora comienzan a ser consideradas por los físicos y nuevas ideas están cambiando la forma de entender lo que es verdad y mentira, con el consiguiente riesgo de malinterpretar lo que de momento solo es un principio cuántico, de aplicaciones limitadas al micromundo de las partículas. Sea como sea, una puerta ha sido abierta hacia lo desconocido, donde la magia y los efectos fantasmales ya no son del todo improbables.
En conclusión, la física actual nos está diciendo que la naturaleza de la materia es probabilística, que no existen raíces más profundas por descubrir, que es imposible asegurar el estado de las partículas antes de la observación y por ello no existe realidad hasta el momento en que se observa, que los efectos de una simple medida se transfieren a distancia, instantáneamente y sin otra causa que una probabilidad.
Naturalmente, si estamos en desacuerdo con algunas afirmaciones tan radicales, primero debemos conocer las razones que llevaron a pensar de manera tan extraña. Ya nadie discute que las partículas establecen vínculos no locales, pero la naturaleza probabilística de la materia sigue siendo un ascua encendido. Su origen se remonta a la primera ecuación o función de onda de Schrödinger, la cuál no tenía nada que ver con probabilidades.
Efectivamente, la idea original era que si una partícula es también una onda, entonces dicha onda debería cumplir las leyes de las ondas como la luz, a la vez que las leyes de la mecánica clásica como los corpúsculos. Ondas “reales” con velocidad de propagación, frecuencia y longitud de onda, pero también con inercia, momento cinético, principio de acción y reacción… ¡una especie de híbrido entre dos conceptos que parecen imposibles de combinar! Schrödinger encontró finalmente una función de onda que cumplía todas las condiciones y coincidía sorprendentemente bien con los resultados experimentales. Sin embargo se trataba de una función compleja, como si estuviera diciendo que las partículas son entes imaginarios que oscilan en un plano desconocido de la realidad.
Según el propio Schrödinger, propiedades como la masa o la carga eléctrica parecían estar distribuidas por todo el espacio, especialmente donde era mayor la amplitud de la onda. Por lo tanto, una partícula sería como una nube difusa cuya forma y distribución estaba determinada por la función de onda. El problema fundamental radicaba en que tal función de onda era compleja y todo apuntaba a que era imposible encontrar una función igual de buena pero real.
Para evitar el problema se pensó que el módulo de la amplitud de onda, que era una magnitud compleja, se podía elevar al cuadrado para obtener una densidad de onda, y el resultado era entonces real. Como la mayor parte de la partícula debería estar en las zonas de máxima densidad, el problema parecía resuelto. Sin embargo, al aplicar la función de onda en un choque de partículas, el resultado era una onda mucho más expandida, como si la partícula perdiera densidad y localización en el espacio, lo que parecía ser contrario a los resultados experimentales, ya que la partícula mantenía concentrada su masa y carga eléctrica cuando se determinaba su posición después del choque.
Incluso en el caso de los fotones de luz, cuando se observa una partícula siempre aparece la partícula completa, nunca se observa como una nube dispersa con más o menos masa o carga eléctrica dependiendo de las regiones del espacio en las que se toma la medida.
Max Born se dio cuenta de que una solución de cualquier función de onda se podía multiplicar por cualquier valor real y el resultado también era solución de la función de onda. Eso quiere decir que la función se puede alterar de forma que integrando la densidad en todo el espacio siempre dé como resultado un valor igual a la unidad, lo que se conoce como “normalizar la función”.
Born también se dio cuenta de que una función de onda normalizada era equivalente a una distribución de probabilidad, en la que la suma de probabilidades de todas las opciones posibles será siempre igual a la unidad. Con el ejemplo de un dado, la probabilidad de sacar un número comprendido entre uno y seis es la unidad, ya que abarca todos los casos posibles.
De esa forma, Born cambiaba el concepto de partícula distribuida por la probabilidad de encontrarla en el espacio, y entendía que la función de onda dejaba de ser correcta en el momento de la observación porque era equivalente a tirar el dado, a sacar un resultado. Cuando dicho resultado ha sido extraído es necesario volver a preparar el experimento para una nueva observación, lo mismo que se debe agitar de nuevo al dado para la siguiente tirada. Así explicaba Born que la observación altera la función de onda y la colapsa, así explica la mecánica cuántica que las partículas se comporten como ondas de probabilidad que se colapsan.
Todo eso está muy bien, se puede entender que la función de onda no contiene la información de lo que es una partícula sino la información que probablemente se medirá. Dicho de otra manera, es una herramienta de predicción basada en probabilidades pero deja al margen que exista o no exista un origen real de tales probabilidades. Einstein y el propio Schrödinger entendían así el significado de la función de onda, lo aceptaban como una herramienta provisional hasta que pudiera encontrarse una verdadera descripción de las partículas. Sin embargo, el propio Born ya manifestaba que prefería entender a la función de onda como la descripción de algo real, es decir, que prefería reconocer una naturaleza probabilística de la materia.

            Como resumen podemos recordar qué opciones podemos atribuir a la materia dependiendo de los conceptos de realismo y localidad:
  1. Teoría realista y local... descartado por ser local.
  2. Teoría realista y no local... ¡todavía posible!
  3. Teoría no realista y local... descartado por ser local.
  4. Teoría no realista y no local... propio de la mecánica cuántica.

12 comentarios:

  1. mu, mu dificil de entender para los que no tenemos ni idea...pero al mismo tiempo he entendido algo y lo agradezco mucho. no es facil ser didactico cuando se profundiza tanto. gracias!!!

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    1. Gracias a tí. Seguramente no es muy didáctico porque yo tampoco tengo ni idea, pero si te sirve de consuelo, los que mejor entienden la física moderna también reconocen que utilizan la física pero no saben descifrar lo que de verdad significa.

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  2. Me gustaría saber dónde puede uno informarse de los detalles y especificaciones de los experimentos de doble, triple y "n_rendijas" (especificaciones del tubo de vacío, del generador de electrones, de la platina o platinas con las rendijas, etc.) y de los experimentos que muestran y demuestran el entrelazamiento cuántico.
    He leído a tantos estúpidos haciendo experimentos ( p.e., sobre vacas y sus preferencias de orientación en el campo magnético terrestre) que salen en la prensa cada día, que empiezo a dudar de los experimentos fundamentales que hemos de aceptar a nivel divulgativo, porque sí, por confianza. Si, ya sé que los periodistas no se enteran ni del sistema métrico decimal, pero son tantas las noticias sobre estupideces acientíficas, que no puede ser que sean todas meras caricaturas periodísticas. Me hacen dudar de la calidad de los supuestos científicos. De todos los científicos y revistas.
    Otra cosa que me gustaría saber, es si, realmente, estamos hablando que que existen personas, científicos de tomo y lomo, que creen que la Realidad no existe si no es observada, pero ellos sí, porque piensan. Si cuando caminan a la luz de la Luna, y están a solas, se baten con ella: le dan la espalda, caminan siete pasos, giran rápidamente, disparan virtualmente, pero, realmente, ¡esperan que muera! (que desaparezca).

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    1. Me gusta mucho pensar en cosas de ciencia, pero lo mismo que tú estoy perdido cuando busco demostraciones claras. En Internet hay muchos divulgadores que mencionan documentos por los que deben pagar para tener una copia, y en otros casos no, pero en general deberíamos pertenecer a alguna universidad y estar licenciados para entender la mayoría de los experimentos. Si alguien me dice que debería ser físico para poder hablar y pensar sobre física yo no estoy de acuerdo, pero es importante al menos conocer lo mejor posible qué es lo que se acepta y no se acepta en la comunidad científica. Te aseguro que yo me aburrí muchísimo buscando información de muchas fuentes y todo se repetía una y otra vez, y creo que los temas que expongo se ajustan bastante bien a lo que nos cuentan los físicos. Siempre que me resulta posible busco información directamente de libros y no de Internet.

      No pienso negar que soy el primero en dudar sobre muchísimas versiones científicas. Te recuerdo por ejemplo la tontería de Hawking metiendo a Dios en su versión de la realidad, bueno más bien quitando a Dios pero me da igual. Los científicos también son humanos y experimentan en función de sus creencias y de aquello que quieren demostrar de "antemano", y cuando se arriesgan a opinar pueden decir tonterías tan gordas o más que cualquier ignorante.

      Sí hay muchos científicos de tomo y lomo que creen que la realidad no está definida antes de ser observada, pero también dicen que esas extrañas leyes funcionan solo a nivel cuántico. En las probabilidades está el truco, una partícula podría tener la misma probabilidad de estar aquí o en Marte, pero algo mucho más grande acumula una probabilidad de casi el 100% de estar localizado en un solo lugar.

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    2. Muchas gracias por contestar. Para poder estructurar los temas, y que no tengas que repetir lo que ya has dicho en este blog, son los motivos que me llevaron a realizar comentarios puntuales dentro del mismo en vez de intentar que me leyeras largo y tendido en algún correo electrónico.
      Tengo serias dudas, como tú, sobre las interpretaciones de los experimentos, y por eso creo que es un fallo de los científicos que no den más detalles, generales pero importantes, de los experimentos fundamentales.
      No veo por qué no un autodidacta como yo, no debería conocer las condiciones básicas del experimento de la doble rendija, tales como distancias, tamaños, materiales, campos presentes, etc. No todos los aficionados al conocimiento somos como aquellas personas que creen tener capacidad examinando fotos de poder poner en duda la conquista de la Luna.
      Además, si grandes científicos como Hawking han tardado 60 años en descubrir la ausencia del Dios Padre (Recuerdo, en el primer intento, que no podía seguir adelante leyendo la primera versión extensa de la Historia del Tiempo porque Hawking me parecía estúpido por sus problemas con la cognopatía derivada del teísmo), no veo porque no un advenedizo podría hacer hincapié o descubrir una mejor interpretación que harían valer después los que verdad puedan hacerla valer.
      Que la Realidad no está definida es una frase sin sentido para mí. Como cuando por educación o compromiso voy a Misa y escucho cualquier frase de la liturgia. Si lo que se quiere decir es que no podemos predecir, calcular o prescribir, posiciones ni observables ni trayectorias porque cuando fuéramos a verificarlas, las modificaríamos de forma imprevisible y ello nos conduciría a la duda acerca de si las partículas se han comportado según lo previsto, eso no quiere decir que los electrones de los átomos sean fantasmas de otro mundo que han de ser convocados y conjurados por la liturgia del experimento para que se manifiesten en la Realidad. Si lo electrones no estuvieran realmente presentes, los átomos no serían tan estables. Estabilidad, por cierto, que sigo sin entender porque la cuántica hace, en realidad, un mutis por el foro.
      Te estoy contestando sobre la marcha porque me emociona tener un interlocutor inteligente, así que disculpa que te cueste leer, pero he decidido darme prisa.
      En mi opinión, la función de onda es un modelo muy práctico que funciona. Bueno, que creo que los experimentos parecen confirmar con gran aproximación, según se nos dice sin gran alarde de detalles.
      Así he tenido que soportar (conformarme), por ejemplo, con una introducción divulgativa a la electrodinámica cuántica, el más preciso y certero de los modelos de la cuántica, de la mano de uno de sus creadores, el genial R.P. Feynman. Pero a pesar de todo, creo que es una mera aproximación el decir que cuando lanzamos un fotón y constatamos que impacta en la pantalla receptora, la probabilidad de que haya dado la vuelta al Universo antes de impactar no es exactamente cero. Tales ejemplos son como jugar con los infinitos en los modelos matemáticos. Creo que existiría una especie de "renormalización" en la que podríamos reencontrarnos nuevamente con el cero absoluto y poder decir que cuando vemos un objeto, el 100% de los fotones que recibimos y que hayan sido emitidos por el objeto, han seguido un camino más corto que el tamaño del Universo.

      Exactamente, eso es lo que creo que sucede. Y por eso el modelo electrodinámico funciona bien, PORQUE OTORGA UNA PROBABILIDAD TAN PEQUEÑA A ALGO QUE NO SUCEDE, QUE RESULTA UNA MAGNÍFICA APROXIMACIÓN.

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    3. Gracias por lo de interlocutor inteligente si te refieres a mí, tal vez solo sea que comparto tus puntos de vista y por eso me cuesta poco seguirte. En una cosa que no pienso meterme es en el juicio sobre si existe o no existe Dios, pero ten en cuenta que mi punto de partida sobre la materia no son las partículas como causa de todo tipo de campos misteriosos, al contrario, yo imagino a todos esos campos misteriosos como una realidad imperceptible que se proyecta sobre posiciones localizadas generando esas partículas de materia tan escurridizas. A esa realidad imperceptible los físicos la llaman campos cuánticos, campos gravitatorios, campos electromagnéticos, campo de Higgs. La representan con ecuaciones pero nadie sabe lo que es, y si me permites, si alguien quiere creer que en esa realidad imperceptible cabe un Dios, a mí me parece perfecto, porque no tengo ninguna duda de que ahí cabe todo lo que ignoramos, y no entenderemos lo que de verdad es la materia hasta que comprendamos el vínculo entre partículas y esa extensión difusa que lo llena todo.

      Tal vez te agrade saber que si la causa de todo está en esa extensión difusa de la materia, entonces puede ser cierto que una partícula no existe entre dos posiciones concretas de un recorrido, porque su aparición en una nueva posición necesita tiempo para que sea proyectada en esa nueva posición. No debería extrañarnos el hecho de que las partículas desaparezcan en los experimentos como si estuvieran encantadas, porque se buscan como si fueran proyectiles y no son tal cosa. Los electrones desaparecen del experimento como "bolitas", pero no desaparece su causa, una extensión difusa de la que nada sabemos todavía. Por supuesto, creo que hoy por hoy, la electrodinámica cuántica es la teoría que más se acerca a describir a esa extensión difusa de la materia, de la que yo hablo. Por lo que yo sé, funciona bien solo con los electrones, y eso a pesar de un montón de incoherencias matemáticas que parecen pegotes de conveniencia, es un misterio el saber por qué funciona.

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    4. Sí, me refería a ti, a tu inteligencia, naturalmente: capacidad de juicio crítico, de argumentación lógica, estructurada y coherente. Y además, con capacidad de propuestas globales e integrales; originales y creativas.
      Quisiera matizar mi comentario anterior con relación al problema del teísmo, y así poder omitir este asunto, por irrelevante, de ahora en adelante. Pero de modo que no constituya una duda o recelo mutuo. Por eso, te rogaría que leyeras esto y te prometo no volver sobre el tema de Dios, o dioses; de Dioses o de dios, salvo que explícitamente lo requieras en alguna eventual respuesta o comentario.
      Tal y como has comentado, y parafraseándote, cabe todo en el cuasi vacío, difuso e imperceptible campo de nuestro conocimiento. Pero pienso que no todo lo imaginable, no toda hipótesis más o menos contrastable, tiene el mismo grado de verosimilitud, o de error, o de fundamento, que cualquier otra alternativa.
      En ausencia de conocimiento, elementos o recursos suficientes, como suele ser el caso de nuestro pobre entendimiento, parece razonable ser capaces de algún criterio de criterios. En el caso de Tierra plana, Tierra esférica, el criterio de evaluación ambos modelos podría ser la desviación de las medias radiales entre una esfera perfecta circunscrita y los datos reales. En un modelo, la desviación media es superior al 99% y en el otro, inferior al 1%. De este modo, podríamos valorar la relatividad del error.
      Así, en el caso de la hipótesis de un Dios Padre, inteligente y bondadoso, Eterno e Inmaterial que creó nuestra Realidad de la nada; en relación a otras hipótesis muy conocidas, entre las cuales figura además la de una Realidad que siempre ha existido y existirá, dispongo de un criterio de criterios que me permite establecer una asignación de grados de verosimilitud, que no son certezas, pero que son aproximaciones significativas.
      Por ejemplo, en esa particular y muy personal distribución, la hipótesis del Dios Padre, tiene actualmente un grado de verosimilitud manifiestamente inferior al 0,001%. Básicamente porque no hay ninguna prueba o indicio de ello.
      La hipótesis de una Realidad Total (con más de 3 dimensiones extensas) creada de la nada (p. e. por una fluctuación cuántica) y totalmente ajena a algo asimilable a una voluntad, tiene actualmente un 1%.. Básicamente porque la nada es tan inimaginable y prescindible como un dios preexistente
      La hipótesis de que lo que percibimos es un Universo total en las dimensiones extensas, y no solo una parte de la Realidad Toda (que tendría más dimensiones extensas), que surgió de una singularidad, de un punto infinitamente denso y caliente, tiene un grado de verosimilitud del 60%. Básicamente por todos los indicios recabados desde los filósofos presocráticos hasta la moderna Cosmología y la mecánica cuántica.
      La hipótesis de una Realidad que siempre ha existido, de muchas o infinitas dimensiones extensas, de la cual forma parte nuestro Universo local o parcela de la Realidad, tiene una verosimilitud del 75% y sigue creciendo en mi consciencia. Una Realidad con una cantidad infinita de sustancia. Omnipotente y Omnipresente. Básicamente porque es consistente con todo lo conocido, no necesita de Dios Padre ni de la Nada. Una realidad así, además, es convergente con una imaginaria y futura teología. El sentido común planteó el atomismo y Aristóteles lo rechazó. El sentido común plantea ahora una Realidad infinita, una especie de Panteísmo. ¿Quién está haciendo ahora de Aristóteles?
      En una teoría así, nuestro Universo no es más que una erupción por un poro de un Multiverso inmerso en una Realidad infinita. Una insignificante cantidad del material que se podría expandir infinitamente en el tiempo y en el espacio (nótese qué fácil es asumir aquí un tiempo y espacios infinitos si son futuros) o que se contraerá de nuevo y se reabsorberá como un grano en la faz de la Realidad.

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    5. Me parece bien tu punto de vista y no veo motivo para mantener ningún recelo. Si te dije que no pienso meterme en juicios acerca de Dios no es porque me moleste si tú lo haces, independientemente de cuál sea tu juicio. Quizás deduzco que te inclinas por una realidad autosuficiente, y si me permites no veo entonces gran diferencia si alguien quiere llamar Dios a esa realidad.

      También si me permites, te indicaré cuál es mi forma de sentir lo que significa la realidad, porque demostraciones no tengo ni creo que nadie las tenga. De momento no me convence la idea de múltiples Universos ni dimensiones indetectables, sin embargo sí creo que todo eso que los físicos llaman campos (de muchos tipos), tiene realidad física y podemos hablar de una densidad que disminuye con el cuadrado de la distancia. Eso significa que se vuelve indetectable para radios mayores que un radio atómico y no es imposible que las causas de muchos experimentos incomprensibles estén ahí. Una partícula no sería algo diminuto sino un modo de vibración extendido en el difuso pero mal llamado vacío, y ese modo de vibración se proyecta sobre posiciones localizadas aumentando la densidad, pareciendo un proyectil.

      Cada partícula, cada piedra, cada ser vivo, cada planeta y cada estrella, serían como las capas de una cebolla que vibran con diferentes densidades y frecuencias, y precisamente lo más denso y localizado, precisamente, se convierte en una ilusión tal y como los experimentos están demostrando, porque la realidad tiene causas que varían progresivamente entre las propiedades de las bolas de billar y las propiedades de las ondas. La materia debe tener una extensión ondulatoria que también es "materia", solo así puedo comprender que la Tierra esté ligada al Sol como si hubiera una cuerda invisible, porque realmente estará en contacto la "materia" de la Tierra y del Sol. Esa "materia", esa extensión ondulatoria, debe tensarse como el espacio-tiempo de Einstein, pero no será espacio y tiempo porque nadie creería que se puede deformar y tensar, por ejemplo, el número de oscilaciones de un átomo, que hoy por hoy es lo que se cuenta como la forma más exacta de medir tiempo.

      Me arriesgo a decirte que yo creo en una realidad tan perfecta que tampoco necesita de Dios. No lo necesitó para sujetar los planetas al Sol ni muchas otras cosas que hoy nos parecen triviales, pero tampoco lo necesitará para dar soporte a lo que siempre se ha considerado sobrenatural, como una consciencia que no muere, que puede haber existido antes de venir aquí, y que seguirá existiendo cuando su cuerpo muera, porque si la solidez de todo lo que medimos es una ilusión, entonces la realidad de las cosas está en la extensión ondulatoria de la materia, es decir, en todas partes y en estrecho contacto con todas las cosas.

      Puesto que creo que somos cuerpo y espíritu, es evidente que habrá espíritus mejor instruidos que otros, y que alguno estará por encima de todos los demás, así que tampoco veo ningún problema si alguien lo llama Dios. La idea de un todo indivisible que se proyecta en partes resulta ser una posible interpretación de los extraños principios cuánticos, y un camino para fundir espiritualidad y ciencia, lo que pasa es que todavía existen demasiados "prejuicios" que pegan la ciencia al materialismo como una lapa.

      Lo dicho, creo que te he contado mi punto de vista sin tapujos para que tengas una idea clara, pero no puedo ni tengo intención de probarlo, ni guardo recelo hacia cualquiera que no le guste mi forma de pensar.

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  3. No acabo de comprender cómo podemos "demostrar" que no existen fuerzas, objetos, dimensiones o variables ocultas y que podrían indicar que el modelo es incorrecto o parcial. Es decir, solo es una aproximación a una parte de la Realidad.
    Por otra parte, comentas que "...es imposible asegurar el estado de las partículas antes de la observación y por ello no existe realidad hasta el momento en que se observa..."
    En el ámbito macro, me parece una solemne tontería. Incluso cuando observamos un átomo, no podemos saber o predecir dónde estarían los electrones en un momento dado, pero podemos seguir observando el átomo, sigue existiendo en su conjunto.
    Incluso si observamos un átomo de hidrógeno, aunque su único electrón no podamos predecir su posición en un momento dado, sabemos que está porque el átomo sigue dando señales de su presencia global y de la presencia del electrón (carga), en algún sitio.
    ¿Puede existir un ser consciente más estúpido que aquel que llega a creer que la Realidad no existe?
    Bueno, es una forma de solucionar el problema del principio, el del final y el del actual Universo: no hay problema porque no existe el objeto del problema.
    Solo existimos nosotros (aparentemente, porque no sé si también estos señores dirán que no existimos), que pensamos o imaginamos un universo que se hace real solo cuando creemos que estamos observando.

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    1. La mecánica cuántica explica las cosas mediante probabilidades y deja de lado la posible existencia de fuerzas, objetos, dimensiones o variables, etc. Si alguien te dice que se ha demostrado que ese tipo de cosas desconocidas no pueden existir, creo que sería mejor no hacerle caso. Mi opinión es que los físicos están cansados de imaginar modelos de realidad, y tienen razón en que han fracasado hasta la fecha todos los modelos que se han elaborado a lo largo de la historia, pero eso solo quiere decir que todavía no se ha encontrado el "correcto", ¿no te parece?

      Que no existe realidad hasta el momento en que se observa no es una cita mía, es lo que dicen los físicos incorrectamente, según mi opinión. Lo que sí puedo aceptar es que la realidad (a nivel de partículas) no está definida hasta que algo perturba su estado, pero no estar definida no quiere decir que no exista, ¿te vale eso? Recuerda que lo que escribo en esta primera parte no es lo que yo pienso sino lo que corre por ahí entre los científicos o sus divulgadores, y si de verdad te parece tan absurdo eso de que no existe realidad hasta que se observa, pues me alegro, porque esa es la idea que me gustaría descubrir en los lectores. Por otra parte, si quieres comprobar hasta qué punto radicalizan algunos ese tema, no te costará mucho encontrarlo por Internet. "Muerte a la razón", dicen algunos en defensa de la mecánica cuántica, y yo me pregunto entonces en qué razón se basan para defender eso. Mira, cree lo que quieras creer, la cosa no es que la física ignore los procedimientos científicos, es que hay muchos físicos que prefieren borrar del diccionario la palabra "realidad".

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    2. Me parece. Efectivamente, han creado un conjunto de reglas estadísticas y matemáticas que dan cuenta con bastante exactitud de lo que sucede en los experimentos, pero solo en términos de probabilidad. Lo cual, a la vista está, tiene su utilidad, incluso, tecnológica e industrial.
      Habría que reconsiderar porqué han fracasado todos los modelos "realistas" que se han elaborado hasta la fecha. Y quizá alguien podría descubrir, que, a cambio de leer muchas barbaridades, incongruencias y despropósitos, se encontrarían cientos de ideas susceptibles de examinar por los investigadores, pero que quizá a ellos no se les habría ocurrido nunca. E Internet, es la herramienta para ello.
      Llevamos ya 100 años de cuántica y me parece que el filón se agota. Hay que dar un salto, no tanto para salir de la cuántica, como para reformarla o refundarla.
      ¿Qué consecuencias tendría que fuera cierto lo que he dicho en el comentario anterior "el modelo electrodinámico funciona bien, PORQUE OTORGA UNA PROBABILIDAD TAN PEQUEÑA A ALGO QUE NO SUCEDE, QUE RESULTA UNA MAGNÍFICA APROXIMACIÓN"?
      ¿Alguien ha examinado esta cuestión con interés?
      ¿Tan difícil resulta imaginar que la Realidad Existe; realmente, aunque no podamos definirla con absoluta precisión?
      Ahora comprendo a Einstein cuando concibió la posibilidad de que la Humanidad se extinga teniendo por mayor logro intelectual el supuesto descubrimiento de su supuesta pertenencia a una supuesta pero inexistente Realidad. Tal situación solo es calificable como aquella a la que llega una consciencia infinitamente estúpida.
      Porque se puede empezar negando la existencia de la Realidad a escala de las partículas, y se puede acabar negando el dolor y el sufrimiento de los seres humanos. O creando existencias irreales sustitutivas, como hasta estos momentos han realizado y permanecen haciéndolo todas las culturas.

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    3. Yo también creo que Internet jugará un papel muy importante en el futuro desarrollo de la ciencia. No es ninguna sorpresa que los mayores avances de la historia nos hayan llegado por vías marginales, y que la oposición más radical a que vieran la luz estaba en la propia ciencia de la época. Lo que no creo es que la ciencia de nuestra época esté interesada en investigar lo que no haya parido ella misma. Creo que la próxima "revolución", como todas las revoluciones, no vendrá para traer paz y armonía en la comunidad científica, vendrá para derribar sus cimientos y lo hará sin contemplaciones.

      Sobre lo que resaltas con mayúsculas no sé darte respuesta, no tengo ni idea de electrodinámica cuántica, excepto una descripción superficial y que tiene incoherencias matemáticas como la generación de infinitos. A mí no me resulta difícil imaginar que la realidad existe, pero creo que la buscamos donde no está, y por eso estamos tan confundidos.

      Einstein me parece entrañable en unas cosas y equivocado en otras, yo recuerdo mucho su insistencia en que nadie sabe lo que de verdad es un fotón. Si lo enviamos desde un punto A hasta otro punto B, es imposible reconocer si se propaga como una onda o como una partícula, si recorre una trayectoria, si en A se oculta en otra dimensión y reaparece en B, si está hecho de algo aunque no podamos hablar de masa... Seguimos sin saber lo que es y lo que ahora está de moda es que no importa.

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