El Universo hubiera podido ser un desierto de partículas baldías, pero no lo ha sido. La materia es la fuente de la luz, del calor y la energía, es lo que da forma y propiedades a las cosas, ya estaba cuando la vida no existía y es la causa más primitiva de su evolución, está en el tejido neuronal que nos da la razón y nos hace conscientes de la realidad… ¡La materia lo es todo!

jueves, 2 de enero de 2014

MODELO DE CAMPOS ESTACIONARIOS.

Es dramático para la razón imaginar a un fotón expandiéndose por el espacio como una onda, y cuando alcanza un objetivo toda su energía llega concentrada de forma misteriosa, porque los fotones, como cualquier otra partícula, no se pueden dividir.
Es dramático para la razón que algo tan expandido y difuso pueda ser una partícula elemental, pero esa es una de las primeras deducciones que templaban la razón de los físicos, cuando reconocieron por primera vez que la luz estaba hecha de fragmentos indivisibles. Es tan dramático que nadie ha considerado ni por un momento que pudiera ser así, precisamente. Si eso es una locura, el modelo de campos estacionarios también lo es, pero tengo que reconocer que sigue siendo la única pista que no se desmorona desde que pienso en el significado de la materia.
Hace mucho tiempo que se han dejado de plantear modelos físicos de la materia, justamente porque todo resultaba dramático para una razón que se ha forjado con la mecánica clásica, cuando no existían pruebas de una realidad que contradice todo lo que pensamos. Ahora las pruebas ya son abundantes, pero seguimos mirando para otro lado cuando se pregunta cómo puede ser, anclados en viejas formas de pensar que ya no sirven para explicar lo que no se puede ver, pero existe.
El modelo de campos estacionarios es un retorno al pasado, cuando las matemáticas todavía eran una herramienta que traducía fielmente lo que se podía pensar o imaginar, cuando había modelos físicos como punto de partida, y no preguntas que solo conducen a paradojas y absurdos. Vamos a pensar en las partículas de materia como algo que se extiende y se superpone en el espacio, y en esa superposición es donde interaccionan, donde se define un presente anticipado a todo lo que se puede ver y detectar, sin localidad, y tan difuso como las ondas.

            Es evidente que un modelo así exige una forma de pensar que no tiene nada de clásica. Ya no se trata de plantear lo que pasará cuando chocan dos partículas, ahora tenemos que pensar cómo interaccionan ondas en superposición, cómo se ven afectadas, y cómo se proyectan localmente como si fueran partículas con masa que chocan entre sí. Necesitamos una forma diferente de pensar porque hace ya mucho tiempo que la realidad ha demostrado ser diferente. No podemos quedar anclados para siempre, mirando para otro lado cuando se pregunta cómo y por qué, y tampoco podemos mantener la vieja razón clásica porque no sirve para responder.



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