La gravedad de Newton es una fuerza instantánea que funcionó
muy bien hasta que la relatividad general dio cuenta de un adelanto en el
perihelio de Mercurio de 43 segundos de arco por siglo, increíblemente pequeño
pero suficiente para cambiar por completo la interpretación de la gravedad.
Existe un retraso de propagación pero es incomprensible qué es lo que se
propaga y sobre qué medio lo hace. Somos libres para creer o no creer que es el
espacio-tiempo lo que se perturba y se deforma con retraso, pero aquí se
defiende que el espacio y el tiempo son una extensión de la materia misma.
Curiosamente, el concepto de retraso en la propagación de la
gravedad no es original de Einstein, pues existen referencias del físico alemán
Paul Gerber quien aplicó dicho concepto al potencial gravitatorio de Newton,
llegando a la misma ecuación que Einstein para determinar el adelanto del
perihelio de Mercurio, aunque la teoría de fondo fuese muy diferente. Se dice
que la deducción de Gerber no era clara y que posiblemente contenía errores,
pero es evidente su coincidencia en el concepto de retardo de transporte, en un
caso se retarda una distancia y en el otro se retarda la curvatura del espacio
y el tiempo.
Pero eso no es todo, resulta que la deducción de Gerber
podía no ser correcta, pero una deducción que sí parece ser correcta, posterior
a Gerber y a Einstein, justifica que un potencial newtoniano, retardado, sí
explica el mismo adelanto en el perihelio de Mercurio que la relatividad
general. Evidentemente, la relatividad general ya no es la única teoría que
justifica la anomalía de Mercurio, y también es evidente que una gravedad
newtoniana retardada es mucho más fácil de comprender que la propagación de
ondas de espacio y tiempo.
El físico catalán Jaume Giné escribió un artículo titulado
“On the origin of the anomalous precession of Mercury perihelion”, cuyo
contenido más significativo se resume a continuación, comenzando por la citada
coincidencia en las fórmulas de Gerber y de Einstein:
Gerber suponía que la gravedad se propagaba a la velocidad
de la luz y que la fuerza entre dos masas debía ser corregida por un término
que dependía de la velocidad a la que se movieran. Su idea era aplicar una
teoría de potenciales retardados, similar a la utilizada en electromagnetismo
bajo la hipótesis de que la gravedad se propaga con velocidad finita. Según sus
cálculos, esa velocidad coincidía con la de la luz.
No vamos a desarrollar las deducciones de Gerber sino las
que Jaume Giné expone en su artículo, basadas en un potencial newtoniano en el
que la distancia es función del tiempo pero con un retardo de transporte τ. Un potencial gravitatorio no es
otra cosa que la energía potencial por unidad de masa como se indica
seguidamente, y si eliminamos la constante G y añadimos el retardo de
transporte se obtiene el potencial retardado de la ecuación 1.
El potencial es una magnitud escalar que no depende de la
masa afectada (m) y por lo tanto se asocia con cada posición en el espacio como
si dicho espacio fuera modificado por la presencia de una masa M, en el caso de
la gravedad.
Es fácil reconocer que un sólido elástico transmite
tensiones, es un medio material con propiedades específicas y se pueden
plantear magnitudes en cada punto del medio que solo dependen de dicho medio.
Eso no se percibe en el caso de la gravedad porque el medio es el vacío, pero
es posible despojar a la fuerza de la gravedad de su dependencia de todo lo que
no sea el vacío, y el resultado es un campo de gravedad como si el espacio
fuera un medio físico, aunque no podamos ver ninguna clase de sustancia que
actúe como medio de propagación.
La relatividad general también es una teoría de campos, por
la cuál el espacio-tiempo ha heredado propiedades como si fuera un medio
deformable que propaga ondas de gravedad con una velocidad finita. La velocidad
con la que se propaga la gravedad sigue siendo motivo de discusión, de forma
que su coincidencia con la velocidad de la luz todavía es una suposición que
podría cambiar en el futuro.
La ecuación 1 es el potencial retardado más sencillo
posible, y aún así solo se encuentran soluciones aproximadas como la que vamos
a plantear, pero aceptable para determinar correctamente el avance del
perihelio de Mercurio. Suponiendo el caso del Sol y la Tierra, el retardo de
transporte τ es lo que tarda la luz en recorrer
la distancia que los separa, aproximadamente 8 minutos. Es claro que en ese
tiempo la distancia tendrá un incremento muy pequeño en comparación con la
distancia en sí misma, por lo que la relación entre distancia anterior y actual
será casi igual a 1. Esa relación se puede considerar como un factor de
corrección para obtener la distancia retardada, y si consideramos que la
corrección debe recorrer el camino de ida y el de retorno habrá que aplicarlo
dos veces como se indica a continuación.
Otra forma más clara de interpretar una corrección de ida y
vuelta se representa seguidamente, donde vemos que en el punto 1 la masa en
movimiento se desplaza hacia el punto 2 a la vez que la corrección se propaga hacia
M, llegando a 2’
(que es M) cuando la masa en movimiento está en el punto 2. La corrección que
partió del punto 1 alcanza de nuevo a la masa en movimiento en el punto 3 en el
instante t. Por lo tanto, el tiempo correspondiente al punto 2 será t menos el
retardo de transporte τ, y en el
instante 1 habrá que restar el retardo τ’, que será la distancia desde el punto 2 dividido entre la
velocidad de transporte, es decir, la velocidad de la luz.
El potencial resultante (ecuación 3) es muy complicado de
resolver, pero aplicando la aproximación que se ha indicado se obtiene el
potencial aproximado que indica la ecuación 2, que es el mismo resultado al que
habíamos llegado con el razonamiento previo. Desarrollando el potencial de la
ecuación 2 en potencias del retardo de transporte hasta el segundo orden se
llega al siguiente resultado, y según la mecánica lagrangiana podemos obtener
la fuerza que indica la ecuación 4.
La fuerza de la ecuación 4 coincide exactamente con los primeros términos de la fuerza obtenida por Gerber, siendo una aproximación más que aceptable. Por lo tanto, predice correctamente el adelanto del perihelio de Mercurio y su deducción se puede considerar correcta. Recordemos que las primeras estimaciones de Einstein también estaban basadas en aproximaciones, puesto que no se conocían soluciones exactas de sus ecuaciones, y aún hoy en día solo se ha encontrado solución para una masa puntual y para una masa esférica homogénea.
Jaume Giné finaliza su artículo diciendo que está por ver si
el potencial de la ecuación 3, que es el correcto, puede predecir una curvatura
de la luz como la que predice la relatividad general, pero ya sabemos que las
soluciones exactas no suelen ser fáciles de hallar. Por lo tanto, está por ver
si un simple potencial newtoniano retardado podría servir exactamente igual que
sirve la relatividad general, y debemos dejar claro que ya está probado y
aprobado con el perihelio de Mercurio. Ya no se trata de una fórmula de fortuna
que Gerber pudo haber encontrado por casualidad, y tampoco se trata de quitar
ningún mérito a la relatividad general, de lo que se trata es de que la
gravedad podría ser mucho, mucho más sencilla, y mucho menos extraña de lo que
se puede entender sobre un espacio-tiempo que se curva.
No hay comentarios:
Publicar un comentario