El Universo hubiera podido ser un desierto de partículas baldías, pero no lo ha sido. La materia es la fuente de la luz, del calor y la energía, es lo que da forma y propiedades a las cosas, ya estaba cuando la vida no existía y es la causa más primitiva de su evolución, está en el tejido neuronal que nos da la razón y nos hace conscientes de la realidad… ¡La materia lo es todo!

martes, 8 de octubre de 2013

Cáncer, algo para cuestionar a la medicina.

Dr. Bosch, ¿es verdad que tiene usted un tratamiento que cura el cáncer? Esta es la pregunta que todo enfermo de cáncer quisiera plantear, pero esperando una respuesta sin trampa ni discursos que al final no dicen nada. Haciendo eco de las palabras del propio doctor, la respuesta es que NO, pero sí existen tratamientos no agresivos que pueden ayudar al cuerpo a curarse a sí mismo. Dicho esto, los enfermos deben comprender que la decisión está en su mano, afrontando el riesgo de la quimioterapia o radioterapia con sus tremendos efectos secundarios, o afrontando el riesgo de una medicina natural, no agresiva, pero igualmente incierta.
Si buscamos enfermos que han salido adelante los encontraremos, tanto con métodos tradicionales como con tratamientos alternativos, y si buscamos enfermos a quienes no les ha funcionado también los encontraremos.
Voy a defender los argumentos del doctor Bosch, pero no sin haber pensado antes en las consecuencias. Si estoy equivocado podría ser cómplice de supuestos farsantes que ganan dinero a costa de las últimas esperanzas de los enfermos, pero la postura contraria no es menos arriesgada. ¿Alguien diría completamente convencido a un enfermo de cáncer, cara a cara, que lo único en lo que se puede confiar es la quimioterapia? ¿Alguien diría que todos los tratamientos alternativos no son científicos pero sí lo es la quimioterapia?
Lo que el doctor Bosch nos explica está fundamentado en el origen de la enfermedad, haciendo evidente que los métodos tradicionales buscan eliminar el tumor, pero no las causas. ¿Acaso no es mucho más científico entender cuál es el origen de la enfermedad? Sí, esto nos lo está diciendo un doctor en medicina tradicional que se atreve a tirar piedras a su propio tejado, no es un ingeniero, ni un físico, ni un carpintero, ni cualquier persona exenta de tomar decisiones de las que depende la vida de un enfermo. Pero dejemos que sea él mismo el que nos cuente su experiencia…


Lo que sigue es un resumen de la conferencia, y espero que ajustado a su contenido:
Dentro de la medicina tradicional hay quienes creen que el cáncer es un problema alcalino, ¿o es ácido?, ¿quién tiene razón? Veremos que los dos planteamientos tienen razón. El tumor en su interior es alcalino y en su exterior es tremendamente ácido.
En muchos tipos de cáncer como leucemia o linfoma (cáncer de mama) la única alternativa era la quimioterapia, muy duro para el paciente, con náuseas, vómitos, pérdida de pelo, en muchos casos incluso se perdían los dientes, descalcificación, dolores terribles… y escasos resultados, razón por la que decidió buscar otras técnicas basadas en “no hacer daño”.
¿Cómo hacer que la persona sufra menos y cómo reducir el número de sesiones? Lo primero que hay que hacer es entender qué es el cáncer… ¿Qué es lo que hace a las células que se vuelvan malas? La respuesta no se puede encontrar en la medicina convencional, tienes que marcharte fuera del país, estudiar cosas que en la facultad no se enseñan.
Haciendo prácticas de histología se dio cuenta de que al hacer tinciones, algunas salían artefactadas y otras no, entendiendo que a veces la tinción había sido hecha incorrectamente por las manchas que aparecían alrededor (eso es aproximadamente la definición de artefacto). Un día cayó en sus manos un libro del doctor Pischinger, anatomopatólogo y catedrático de la facultad de medicina en Viena y autor de una tesis doctoral cum laude hacia el año 70. Según Bosch, este hombre nos abre las puertas para comprender la enfermedad en general, no solo del cáncer.
Pischinger plantea que es el entorno celular el responsable de que la célula se altere, ya sea por fallo renal, hepático, pulmonar, o multi sistémico.
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El pulmón, el hígado y el riñón son filtros que trabajan las 24 horas al día desde que nacemos hasta que morimos, y cada uno filtra al menos 5 litros de sangre por minuto. Lo que se filtra no es otra cosa que los residuos metabólicos del sistema celular. Cuando una célula respira devuelve CO2, si recibe grasas las procesa y devuelve colesterol, y si recibe proteínas devuelve ácido úrico. Son tres ejemplos sencillos de excrementos celulares, aunque la realidad sea mucho más compleja.
Es fácil de entender que si la célula genera tres bolsas de basura y se eliminan las tres a través del sistema venoso, no hay problema. Resulta que estos residuos son de carácter ácido, pues formas ácidos grasos, ácido úrico y ácido carbónico. Si echamos cuentas, los filtros procesan como mínimo el equivalente a 7200kg de sangre por día. El pulmón, el hígado y el riñón se obstruyen como cualquier filtro, y si nadie nos cuenta cómo mantenerlos limpios es posible que empiecen a retener CO2, ácidos grasos y ácido úrico.
Para evitar que varíe el pH de la sangre, nuestro organismo retendrá los radicales ácidos libres en el espacio intersticial entre la célula y el capilar venoso, creando dificultades en la nutrición celular porque los radicales ácidos destruirán los nutrientes e impedirán que el oxígeno llegue a la célula, también supone una agresión al propio sistema celular que puede “quemar” a la célula.
Según Pischinger, la enfermedad comienza en el entorno de la célula, no en la célula. Los nutrientes y la célula son atacados por sus propios ácidos y la falta de oxígeno la impide respirar. Esto explica por qué una tinción en un tejido sano no artefacta el entorno celular, pero sí lo hace en un tejido enfermo porque los colorantes son de carácter básico.
Una célula en estas condiciones solo puede morir o defenderse para sobrevivir. Si se mueren células cerebrales tendremos alzhéimer, si mueren células de la base del cerebro tendremos parkinson, si es atacada la mielina del tejido nervioso tendremos diversos tipos de esclerosis. Un tejido con células muertas es fibroso, por lo que hablaremos de diversos tipos de fibrosis. Se dice que un fibroma no mata como si eso justificara que podemos olvidarnos de la causa que lo produce.
Es curioso hablar por ejemplo de fibrosis pulmonar de causa idiopática, porque estamos acostumbrados a razonar que si no hay “bichitos” no hay causa. Si no se encuentra el virus o la bacteria de turno, entonces no se reconoce por qué se ha fibrosado el pulmón. Para las enfermedades idiopáticas no hay tratamiento, no hay una pastillita.
Si la célula se defiende puede seguir 4 mecanismos: Uno consiste en acumular líquidos para diluir los ácidos y permitir el paso de nutrientes. El segundo consiste en robar iones positivos de los tejidos óseos, como Ca+, Na+ y K+, para reaccionar con los ácidos y formar sales que se precipitan en los tejidos blandos. El tercero es drenando los ácidos por la piel o las mucosas, y el cuarto es mutando, por lo que estaríamos hablando de cáncer.
No es extraño encontrar personas obesas que hacen dietas estrictas y no adelgazan, y no faltará quien afirme que se mantiene casi solo con agua, y a pasar de todo engorda. La obesidad puede ser una consecuencia del primer tipo de defensa celular.
La osteoporosis puede ser una consecuencia del segundo tipo de defensa celular, pues permite utilizar el sodio para reaccionar con el cloro (del ácido clorhídrico) y convertirlo en inofensiva sal. De la misma forma se puede entender la artrosis y artritis. Paralelamente aparecen calcificaciones en tejidos blandos, de los que se habla pero tampoco se reconoce la causa. El cuerpo nos está avisando…
Por la piel se puede eliminar carbónico, grasa, y urea. Es frecuente hablar de un cutis graso y de manchar las mangas de las camisas de un color amarillento. Un sudor muy ácido quema la piel, por lo que hablaremos de soriasis, dermatitis, eccemas. Se dice que la soriasis no se cura porque no es eficiente ninguna pomada, cuando la realidad es que no se puede curar desde fuera, la causa está en el interior. Si en lugar de drenar hacia la piel se drena hacia las mucosas, tendremos problemas de llagas de boca, de esófago, de estómago o colitis ulcerosa.
Vamos entendiendo así las enfermedades, y podemos curarlas si de verdad las entendemos. Lo que no podemos hacer es curar enfermedades que no entendemos o no queremos entender.
Las células sanas viven en un medio alcalino, con oxígeno, con poco sodio y con proteínas levógiras. Las células tumorales (mutadas) viven en un medio ácido, sin oxígeno (respiración anaeróbica), con mucho sodio, y con proteínas dextrógiras. La célula sin oxígeno solo puede morir o mutar, lo que significa una adaptación para obtener la energía por fermentación ácida, por eso se comprueba que en los tumores hay alcohol. La célula comienza cargando mucho sodio en su interior y expulsa potasio, al contrario que una célula sana que utiliza el sistema inverso. Así se explica que los tumores sean alcalinos, porque la célula tiene que ser muy alcalina en su interior para aguantar el ataque ácido. Si miramos el interior encontramos alcalosis, y si miramos el exterior encontramos acidosis, por lo que tienen razón los que defienden cualquiera de las dos interpretaciones.
Cuando ya estamos en una situación tumoral, la medicina tradicional propone que hay que extirpar el tumor (cirugía), o quemar el tumor (radioterapia), o envenenar al tumor (quimioterapia). La cuestión es que es verdad que hay que matar al tumor, porque sino mataría al enfermo. La alternativa a la medicina tradicional es el asedio: Alcalinizando al enfermo porque es el ácido el que está causando problemas, dándole una dieta hipo sódica, utilizando encimas proteolíticos, y súper oxigenar el sistema.
La célula tumoral para poder vivir necesita mucho sodio, lo que concuerda con lo que se dice a los pacientes hipertensos, cardiópatas y afectados en el riñón, que coman sin sal. Evidentemente, si quitamos la sal a las células tumorales las estaremos perjudicando porque cortamos el suministro de sodio. Las encimas proteolíticas destruyen proteínas, pero al tumor solo perjudicarán las que destruyen proteínas dextrógiras. Por último, el oxígeno que es fundamental para las células sanas resulta ser tóxico para las tumorales debido a su respiración anaeróbica, por ese motivo se están investigando técnicas de ozonoterapia y el uso de encimas que ayuden a liberar mucho oxígeno en los tejidos (hiperoxidasas). No obstante, el simple hecho de drenar toxinas ya es una forma de facilitar la llegada de oxígeno a los tejidos.
Para alcalinizar al enfermo hay que recuperar las funciones del hígado y del riñón para eliminar las toxinas acumuladas. Esto lo favorece una dieta alcalinizante, hidroterapia, tratamientos naturales, y tratamiento físico. Con solo quimioterapia solo se mina un pilar del tumor, de la forma indicada se minan cuatro.
Muchos dicen que la hidroterapia no es algo científico, incluso médicos, cuando existe en la universidad complutense una cátedra de hidroterapia médica que podemos considerar una de las mejores de Europa. Parece que ni siquiera sabemos lo que hay en las universidades, y cuando descubrimos algo así solo se nos ocurre pensar ¿y por qué me han ocultado esto a mí?
La dieta cárnica es acidificante de la orina y la dieta vegetariana es alcalinizante, es decir, lo que se necesita para recuperar el entorno alcalino de las células sanas. La vegetariana contiene mucha agua, y el agua limpia los filtros (pulmón, hígado y riñón). A veces de lo simple que son las cosas no nos lo podemos creer.
“Hay del pueblo que olvida su historia porque está condenado a repetirla”, frase de Napoleón que Bosch recuerda frunciendo el ceño como vemos en la imagen adjunta. Una frase de Openheimer: “Solo tiene futuro aquel que investiga en el pasado, porque investigando en el pasado se puede redescubrir el futuro”. ¡Tiene miga!, no dijo “descubrir”, dijo “redescubrir”.
Es interesante el comentario sobre Galeno cuando se dio cuenta de que el principio activo de una planta se mantenía cuando ésta estaba seca, machacada y comprimida, lo que no es otra cosa que el origen de los comprimidos. Una dieta de 60 alcachofas diarias para combatir problemas del hígado se podía reducir a unos pocos comprimidos. La historia de los medicamentos viene de las plantas, de los recursos naturales que ya se descubrieron en el pasado, y que ahora “redescubrimos”.


¿Cómo alcalinizar al paciente? Mediante plantas, evidentemente (fitoterapia). Las que limpian los riñones y favorecen la eliminación de ácidos se denominan plantas diuréticas. Las que limpian el hígado y favorecen la eliminación de bilis se denominan plantas hepáticas. Las que favorecen la eliminación de CO2 se denominan plantas pulmonares. Las que mejoran el sistema inmunológico y activan las células NK se denominan plantas inmuno estimulantes.
Por ejemplo el té verde, alcachofera y tomillo son plantas que limpian los filtros (riñón, hígado y pulmón respectivamente). Se pueden añadir oligoelementos que reactivan las funciones catalíticas para mejorar la actividad de los pulmones, hígado y riñón, también oligoelementos inmuno estimulantes.
Si hacemos baños de aguas termales y saladas tenemos un elemento dializador percutáneo. En las aguas termales hay una concentración de sal de 20 gramos por litro de agua. El plasma de nuestro cuerpo tiene una concentración salina de 9,4 gramos por litro, lo que determina un gradiente osmótico que provoca una extracción de los ácidos retenidos en el organismo, ya que en el agua del baño hay más del doble de concentración salina.
El agua caliente facilita la dilatación de los poros y el gradiente osmótico facilita la extracción de ácidos, luego la hidroterapia es un pulmón, un hígado y un riñón que mejoran el rendimiento, y de bajo coste. Es verdad que no todo el mundo se puede pagar un balneario, pero se puede llenar media bañera con agua caliente (unos 100 litros) y verter 2Kg de sal para obtener la relación de 20 gramos por litro.
A un enfermo del riñón que necesita un transplante se le hacen diálisis que tarde o temprano ya no dan más de sí. A ese enfermo se le debería decir que gaste diariamente los 2Kg de sal como se ha descrito en el párrafo anterior y, según Martí, a los 15 días ese hombre está alucinado de cómo tiene sus análisis, porque está haciendo una diálisis diaria. De ser así, ¿no es vergonzoso que aún haya médicos que descalifican la hidroterapia como algo no científico? ¿Por qué la medicina tradicional sigue estando tan ciega?
Somos omnívoros, pero eso no quiere decir que no debamos limpiar los filtros de vez en cuando, mediante vegetales. Bosch recuerda la tradición de ayunar un día a la semana, y sale al paso a los que reprochan que es cosa de curas diciendo: ¡Claro!, es que cura viene de “curar”. No es broma, la historia parece demostrar que la tradición del ayuno (sin carne) es un argumento que los curas tomaron prestado de otras fuentes.
Entre los tratamientos físicos que ayudan a restablecer los mecanismos funcionales y energéticos celulares pueden citarse: Acupuntura, osteopatía, quiropraxia, fisioterapia, radiofrecuencia, magnetoterapia, musicoterapia y terapia fotónica.
¿Qué le pasa a la célula tumoral cuando se aplican los tratamientos descritos?


Pues que con ese “asedio” se queda sin medios de vida, mientras que no afecta a las células sanas porque es justo lo que necesitan. Esto es análogo a lo que le pasaría a un pez que ha evolucionado para vivir en agua dulce y lo metemos en agua salada, que se morirá.
Nadie nos hace entender la importancia de comer vegetales un día por semana, bañarnos un día a la semana con dos kilos de sal, tomar plantas depurativas que nos ayuden a tener limpios los filtros (infusión de alcachofa, té verde y tomillo)… Si enseñamos esto a los niños desde pequeños, Martí asegura que el sistema celular estaría funcionando limpio toda la vida.
Entendemos que no podemos sobrevivir en una fosa aséptica y no lo queremos entender para una célula, es tan simple y genial como lo explicó Pischinger. Cuando tenemos un paciente en situación tumoral, explica Martí, le aplicamos un suero en sangre (quimioterapia) y queremos que la molécula llegue a la célula, pero se quema por el camino, no llega porque los ácidos la destruyen. Tenemos entonces mucha toxicidad y poca efectividad.
Termina la conferencia mencionando el caso de una joven de 31 años, embarazada de 34 semanas y con un tumor cerebral y metástasis por todo el cuerpo. Se le practicó la cesárea y una operación para extirpar el tumor en el cerebro. En esa situación se decidió no aplicar quimioterapia porque el proceso estaba demasiado avanzado, con el fin de evitar sufrimiento innecesario hasta el momento de su muerte, una esperanza no mayor de 2, 3, o 4 meses. Entonces deciden un tratamiento paliativo y nada más, condiciones en la que la paciente aceptó los tratamientos que se han descrito anteriormente, aunque por supuesto no los que se han descrito de forma general, sino los mejores conocidos para su caso en particular.
Resulta que al paso de un mes vuelve muy mejorada y se le pide hacer pruebas. Después de dos meses y medio de tratamiento se observa que las metástasis repartidas por diferentes órganos y la lesión cerebral habían desaparecido, y que las lesiones metastásicas en huesos y músculos se habían reducido en un 50%. Su estado actual es increíble y ha sido catalogada de “recesión espontánea” (el gesto que muestra en la imagen nos indica la sorpresa que intenta transmitir a su público).

Alberto, ¿tú curas el cáncer?, pregunta que a veces hacen algunas personas... Su respuesta es que NO, pero sí existe un manual de instrucciones que ayudan al cuerpo a curarse a sí mismo, aunque no siempre funcione o ya sea demasiado tarde.







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